Antes de que marcas como ARRA, Jac o Byd llegaran a México provenientes de China, una firma de automóviles de ese país intento instalarse en nuestro país, pero fue un fracaso. Esta es la historia de los autos de FAW.

FAW fue una marca que se dejó ver poco en México ya su posible éxito se vio frenado, entre otros factores, por la crisis mundial de 2009. Pero ¿cómo fue que decidieron apostar por esta automotriz?

¿Cuál es la historia de los autos FAW?

FAW es el acrónimo de First Automobile Works, un fabricante de vehículos con sede en China. La empresa nació en 1953 y poco a poco empezó a tener éxito en ese país, con el modelo Jiefang CA-10, un camión de corte militar utilizado por el ejército chino, que a su vez era una copia de un modelo militar ruso.

Fue hasta el año 1991 que FAW se unió a Volkswagen para enfocarse en producir automóviles y dejar de lado los camiones.

A pesar de que tuvo una historia de fracaso en nuestro país, FAW está considerada como uno de las seis grandes grupos automotrices de China.

Llegada a México de la china FAW

A finales de 2007, FAW llegó a México de la mano de Grupo Salinas. Ambas empresas firmaron un acuerdo para construir una las primeras plantas automotrices chinas que operarían en América Latina llamada GS Motors.

Parte del negocio sería que los autos se venderían en las tiendas Elektra, que también son parte de Grupo Salinas, sin embargo, no tuvieron el éxito esperado.

La demanda por estos autos fue escasa pues no llamaban la atención de las personas, a pesar de sus precios tan accesibles que empezaban en los 69 mil pesos mexicanos.

Estos son los precios de los autos de FAW cuando llegaron a México:

  • F1 Hatchback Básico: 69 mil 900 pesos
  • Hatchback de lujo F1: 74 mil 900 pesos
  • F1 Sedán Básico: 79 mil 900 pesos
  • Sedán de Lujo F1: 89 mil 900 pesos
  • F4 Sedán Básico: 89 mil 900 pesos
  • F4 Sedán de Lujo: 96 mil 900 pesos
  • F5 Hatchback de Lujo: 104 mil 900 pesos
  • F5 Sedán de Lujo: 114 mil 900 pesos

Una de las principales quejas que se tenían de estos autos era su mala calidad, así como la poca seguridad en la conducción que les generaban los modelos de la marca. Por si fuera poco, los dueños de estos automóviles se empezaron a dar cuenta de la falta de refacciones.

Ante un negocio que no salía como se esperaba, FAW terminó por hundirse en México cuando en 2009, dos años después de que llegaran al país, golpeó la crisis económica a nivel mundial.

En la promesa de un gran negocio se quedó el proyecto de una planta en Zinapécuaro y la posibilidad de comprar autos en Elektra desde 350 a 450 pesos semanales.

Con información de Excélsior.