La industria en México se estancó en mayo por el impacto de las presiones inflacionarias y de los cuellos de botella en las cadenas de suministro a nivel global; analistas advirtieron el riesgo de que se debilite hacia delante ante un menor dinamismo en la economía mundial, particularmente en Estados Unidos, que disminuirá la demanda de productos nacionales.

De acuerdo con el INEGI, el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) presentó un avance marginal de 0.08 por ciento a tasa mensual en mayo, su menor alza en tres meses. A tasa anual, el índice apuntó un crecimiento de 3.1 por ciento, su variación más alta desde enero pasado y acumula 15 registros con terreno positivo.

Ricardo Aguilar Abe, economista en jefe del Grupo Financiero Invex, aseguró que el estancamiento de la industria fue debido a una moderación en la actividad manufacturera, una caída en la construcción y debilidad generalizada en productos derivados del petróleo, carbón y fabricación de equipo electrónico.

Agregó que “los resultados reflejarán una demanda más débil hacia delante en México y Estados Unidos, y esperamos ver una afectación en la producción automotriz por un menor crecimiento económico”.

“Con el debilitamiento del crecimiento en Estados Unidos, esperamos que la actividad industrial se mantenga débil durante el resto del año, frenando la recuperación general”, indicó Kimberley Sperrfechter, economista de Capital Economics.

Señaló que si bien es cierto que la escasez mundial de suministros parece estar disminuyendo, la desaceleración en el crecimiento global, y en Estados Unidos, en particular, restringirá la demanda externa de bienes mexicanos.

José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), indicó que las cifras confirman que el ritmo de crecimiento está comenzando a agotarse y que en los siguientes meses se podría ver una desaceleración más clara en el ritmo de la actividad económica.

Asimismo, recalcó que sectorialmente hay claroscuros, por un lado, “la actividad industrial vinculada al sector exportador sigue mostrando resultados sólidos, mientras que la parte interna, minería y construcción, tienen resultados bajos o negativos”.

Advirtió que hacia delante la señal de alerta es la desaceleración económica en Estados Unidos. “La debilidad será en las manufacturas, ya que los nuevos pedidos de exportación vienen a la baja y junto con la débil actividad económica global, puede provocar que el motor de crecimiento de la producción industrial y de la economía pueda ir a la baja, lo que implicaría un segundo semestre con cifras en terreno positivo, pero cada vez con mayor debilidad”.

Pamela Díaz Loubet, economista para México en BNP Paribas, indicó que la industria muestra componentes con menor dinamismo, como en la construcción, un sector que ha sido afectado por el encarecimiento de los materiales y la escasez en los mismos.

Aseguró que en el corto plazo, los cambios en los patrones de consumo podrían seguir afectando a la actividad industrial y exportaciones mexicanas.

No obstante, “en el mediano y largo plazo, esta perspectiva cambia, ya que la producción industrial en México podría verse beneficiada por la regionalización de cadenas productivas, lo cual podría beneficiar a algunos subsectores manufactureros”, abundó.

Manufacturas sostienen avance 

El incremento del IMAI fue resultado del alza mensual de 1.7 por ciento en la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor, y del incremento de 0.2 por ciento en las manufacturas, que implicó una moderación desde el 1.2 por ciento de abril.

Según los registros del INEGI, 11 de las 21 industrias manufactureras reportaron ‘números positivos’; entre la que destacó el incremento de 8.8 por ciento mensual en la fabricación de muebles, colchones y persianas.

Por el contrario, en la minería presentó una caída de 0.7 por ciento en mayo, lastradas por los servicios relacionados con la minería que se hundieron 16.9 por ciento mensual.

La construcción bajó 0.6 por ciento ante la caída de 2.2 por ciento en el segmento de la edificación.

Con información de El Financiero.