Del empobrecimiento del salario, a las jornadas de más de ocho horas sin el pago debido y otras formas de explotación laboral. Al magistrado Héctor Arturo Mercado López le tomó menos de 10 minutos hacer la taxonomía de un mundo del trabajo al que le urge la disminución de su jornada y proponer que esto suceda en el plazo de un año.

El juez participó en el primer foro del Parlamento Abierto, en la Cámara de Diputados, sobre la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. El proyecto legislativo propone reformar el artículo 123 constitucional y señalar que toda persona trabajadora tiene derecho a dos días de descanso por cada cinco de trabajo. 

La iniciativa fue presentada por la diputada Susana Prieto (Morena) y ya fue aprobada en la Comisión de Puntos Constitucionales de San Lázaro. El siguiente paso debió haber sido la discusión del dictamen en el pleno cameral, pero el PAN, la segunda fuerza política, y la iniciativa privada no estaban a favor de la reforma.

Por ello, en una negociación, las bancadas aceptaron convocar a un Parlamento Abierto en el que participarán organizaciones empresariales y sindicales, personas de la academia y de la judicatura. Este contempla cuatro sesiones que culminarán el 13 de noviembre.

La representación empresarial fue mayoría en el primer foro. Pero entre las posturas que negaban el rechazo a la reforma, pero señalaban que no era el momento ni la forma para aprobarla, participaron la magistrada María del Rosario Jiménez Moles y el magistrado Héctor Arturo Mercado.

En sus discursos, la magistrada y el magistrado integraron elementos jurídicos, históricos, económicos, políticos —que no partidistas—, de derechos humanos, así como de salud física, mental y emocional al tema.

En más de una hora de participaciones, nadie, ni los representantes empresariales que pedían tiempo para analizar la reforma y otros esquemas para ponerla en marcha algún día; ni las diputadas y diputados que defendían el proyecto, pero que aceptaron hacerle cambios, propusieron algo concreto.

Y llegó la intervención del magistrado Mercado: “Yo creo que hay un cierto consenso en que sí (se apruebe). El problema es cuándo, okey, mi opinión es que sea ya. Sí, con un plazo de gracia, ¿de cuánto? De un año”, pero con un candado: la obligación expresa en la ley de que las empresas otorguen capacitación a su personal.

La defensa del magistrado

Pocas veces los debates legislativos llaman tanto la atención de la sociedad. Según el diputado Sergio Barrera (Movimiento Ciudadano), este cambio impactará a 22 millones de personas que trabajan en el sector formal. Para Sofía Ramírez, directora de México ¿Cómo vamos?, beneficiaría a poco más de 15 millones de personas. Se asume que el sector formal cumple las leyes y el informal no.

La transmisión del primer foro del parlamento en el canal de YouTube de la Cámara de Diputados tuvo más 13,000 visualizaciones. Una cifra alta comparando los cientos de vistas que apenas alcanzan otras emisiones.

Y en redes sociales, el magistrado Héctor Arturo Mercado, sin cuenta en ninguna de ellas, ha tenido miles de réplicas. En TikTok comienzan a viralizarse partes de su discurso como “en México se sobreexplotó la fuerza de trabajo durante muchísimos años”.

“Se sentaron los principios de ganancia a partir de explotar a los trabajadores y no de impulsar su formación, educación y capacitación”, expresó, es por eso que la productividad no es alta a pesar de que México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde más horas se trabajan”, agregó.

Trabajar demasiado tiempo y ganando poco le reditúa sólo a una de las partes que integran las relaciones laborales, y no es la trabajadora. Tanto ha sido así, puntualizó, que “Estados Unidos estimó una competencia desleal y presionó, en 2016, para la reforma laboral que hoy tenemos. La presión internacional se juntó con ciertas reivindicaciones de sectores progresistas de este país”.

Frente a los representantes empresariales, Héctor Arturo Mercado dijo: “He intervenido en más de 30,000 sentencias a lo largo de mi ejercicio profesional en materia laboral. (He escuchado una) inmensa cantidad de historias de cómo los trabajadores se ven obligados a laborar más de ocho horas diarias para obtener un mayor ingreso. Porque esto es parte del otro extremo, que es el bajo salario”.

Las empresas violan la ley, les señaló, “por una parte, porque el ingreso debe ser suficiente para el sostenimiento de una familia y, al no cumplirlo, obligan al trabajador a laborar más de la jornada” o aceptar trabajar más para no perder su empleo. Y difícilmente en un juicio laboral podrán probar que sobrepasaron el tiempo legal, en eso, muchas veces, las tienen de ganar los empresarios, lamentó.

La magistrada que habla de salud mental

“Una persona que está sometida a una jornada excesiva tiene, según la Norma Oficial Mexicana 035, problemas a nivel mental y digestivo”, dijo María del Rosario Jiménez Moles, magistrada presidenta de la Octava Sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA).

Hasta ese momento no se había hablado de manera amplia de la salud mental y física, más allá de señalar que esta reforma podría beneficiar en el bienestar de las personas.

“El estrés puede producir incapacidades y mayor costo en los sistemas de seguridad social”. La dimensión anímica de las personas también se ve afectada, agregó, pues “para que una persona pueda sentirse feliz necesita tiempo, tiempo para la familia, para el trabajo, para dormir y descansar”.

La magistrada fijó claramente su postura: “Esta reforma promueve que no se pasen o se trasladen los costos de las empresas a los trabajadores, como siempre ha sucedido. Estamos en un momento en el que el derecho del trabajo está siendo amenazado por las tecnologías de la información, debemos vincular a esos empleadores de plataformas”.

Con información de El Economista.