El costo financiero de la deuda de 3.7 por ciento del PIB en 2024 será el mayor de los últimos 33 años y devorará por completo el aumento en la recaudación de impuestos por eficiencia logrado en esta administración.

Este escenario se podría materializar de aprobarse el próximo jueves, en el pleno de San Lázaro, la Ley de Ingresos de la Federación de 2024 en los mismos términos que la propuso el Ejecutivo.

Marco Oviedo, estratega para América Latina del banco brasileño XP Investment, expresó que un costo financiero de 3.7 por ciento del PIB es un aumento importante sobre todo si se considera que en 2018 estaba en 2.5 por ciento del PIB y años atrás rondaba el 2 por ciento del PIB.

“Si se analiza, los ingresos tributarios han mejorado en 1.3 puntos del PIB por una mayor eficiencia en el cobro durante la presente administración, pero básicamente el incremento del costo financiero se come esta mejora de los ingresos”, enfatizó en entrevista.

“Es preocupante porque habrá menos recursos para gastar en otras prioridades”, abundó Oviedo.

“Como las tasas de interés van a estar altas por mucho tiempo, el riesgo es que este costo va a seguir alto, quizá en 2025 y 2026″, advirtió el economista.

Los Criterios Generales de Política Económica para 2024 (CGPE) precisan que entre 2018 y 2022 los ingresos tributarios, sin incluir la recaudación del IEPS gasolinas, se incrementaron 1.3 puntos porcentuales del PIB, sin la necesidad de implementar una reforma fiscal que creara nuevos impuestos o aumentara los existentes. De esta manera, en este período, la recaudación tributaria creció de 11.9 por ciento del PIB al cierre de 2018, a un monto equivalente de 13.2 por ciento del PIB al cierre de 2022.

Pero en el lapso de 2018 a 2024 el costo financiero de la deuda aumentará 1.2 puntos, al pasar de 2.5 a 3.7 por ciento del PIB, de aprobarse en los términos del dictamen de la Ley de Ingresos de 2024 que será votada en la Comisión de Hacienda el martes y el jueves en el pleno de la Cámara de Diputados.

Superará inversión física

En este contexto, James Salazar, subdirector de análisis de CI Banco, advirtió que el costo financiero de la deuda proyectado en el Paquete Económico de 2024 por un billón 264 mil millones de pesos superará en 375.2 mil millones de pesos a la inversión física pública prevista en 888 mil 800 millones de pesos, lo que tiene un costo de oportunidad muy alto para el desarrollo del país.

“El alto costo financiero no tiene forma de detenerse, porque la deuda en términos absolutos sigue creciendo”, recalcó.

Los CGPE 2024 proyectan que el costo financiero de la deuda pública crecerá en 133.2 mil millones de pesos (mdp) el próximo año, al crecer de un billón 130.8 mil mdp en 2023 a un billón 264.0 mil mdp en 2024. Se trata de un alza de 11.8 por ciento.

El documento de Hacienda que registra la política fiscal para el siguiente año proyecta que el costo financiero de la deuda bajará a 3.1 por ciento del PIB en 2025; en 2026 descenderá a 2.7 por ciento, y de 2027 a 2029 se ubicará en 2.5 puntos del PIB, en cada año.

Los CGPE advierten que para 2024 un aumento de 100 puntos base en la tasa de interés de la deuda, elevaría en 30.5 mil millones de pesos el costo financiero.

James subrayó que “a pesar de la reingeniería que ha hecho Hacienda de hacer permutas de bonos de corto plazo por instrumentos de largo plazo, la realidad es que el costo financiero seguirá en ascenso”.

El programa económico de 2024 prevé que el déficit en los requerimientos financieros del sector público más que se duplicará, contra 2018. Para el próximo año se estima que el balance negativo en los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) se ubique en 5.4 por ciento del PIB, mientras que en 2018 cerró en 2.1 por ciento.

Sobre este tema, Salazar expuso que efectivamente habrá un aumento importante en los déficits públicos, por cualquier indicador que se observe: el presupuestario, el déficit de requerimiento financieros, incluso el primario.

La justificación del gobierno para este incremento es que busca concluir los proyectos prioritarios para no dejar nada pendiente.

“Sabemos también que hay un tema electoral por eso algunos programas prioritarios de apoyo social se incrementaron”, agregó.

El riesgo consiste en que regresar a los niveles previos es complicado, porque no depende solo de gastar menos, sino también de la parte recaudatoria y del comportamiento del PIB, lo que puede generar las reacciones de las calificadoras.

Con información de El Financiero.