Uno de los subsidios más importantes del gobierno federal es la transferencia a los hogares para el consumo de electricidad, mismo que ha reducido en los últimos años.

La Secretaría de Hacienda reportó que en enero-marzo destinaron 22 mil 987 millones de pesos, lo que representó una caída real anual de 2.3%. Con esto, son ya tres años consecutivos en los cuales estos subsidios caen, pues en el mismo periodo de 2021 retrocedió 2.6% y en 2022 lo hizo en 4.1%.

A la par de los menores subsidios, los consumidores han registrado incremento en las tarifas eléctricas, pues según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), desde 2020 las tarifas eléctricas a los hogares han aumentado en el primer trimestre, aunque en menor medida que la inflación general.

Para enero-marzo de 2023, el aumento anual de las tarifas fue de 6.1%, menor a la inflación promedio que fue de 7.5 por ciento.

Aunque no es considerado un programa de desarrollo social, el apoyo a las tarifas eléctricas es el tercer programa de subsidio con más presupuesto del gobierno federal que llega a los hogares, después de la pensión a adultos mayores y las transferencias a estados en educación.

Factores

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) ha explicado que el principal problema de los subsidios eléctricos es su regresividad, debido a su lógica de que es un apoyo al consumo, como ocurre también con los subsidios a la gasolina.

Por esta razón, es necesario saber con qué criterios se asignan los recursos, en particular entre familias y por regiones.

En estudios han detallado que en el recibo de luz sólo viene que, entre menos consumo, mayor el subsidio, lo que busca incentivar el uso racional de la electricidad, pero se sabe de muchos casos de hogares de ingreso medio y alto a los que se le subsidia gran parte de la electricidad que consumen.

Sobre el criterio regional, el CIEP ha destacado que está el caso de la CDMX, por ejemplo, que alcaldías como la Benito Juárez están altamente subsidiadas, pero otros estados como Yucatán o Puebla se paga más por la luz.

Por esta razón, comentan que se necesita más claridad sobre los criterios de cómo se asignan los subsidios.

El CIEP se ha pronunciado a favor de que se debe conocer el impacto de la aplicación de los subsidios eléctricos en el país, por lo que este programa presupuestario debería entrar a ser evaluado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

El dato

Concentración

Hacienda señala que el 45% de los subsidios eléctricos recae en el 30% de los hogares más ricos, y sólo el 18% llega al 30% de los hogares más pobres.

Otros destinos

El CIEP ha explicado que más allá de que si los recursos sobre los subsidios eléctricos ya no están creciendo, el tema de fondo es que siguen siendo cuantiosos, y es necesario debatir sobre la pertinencia de seguirlos otorgando.

“Con la mitad de esos recursos podríamos mejorar la infraestructura educativa del país, por ejemplo. Son recursos que no estamos usando para garantizar derechos sociales como educación, salud, nutrición, etc.”, expresó la directora general del CIEP, Alejandra Macías.

El CIEP incluso ha manifestado que esos recursos podrían quedarse en el mismo sector energético, pero redireccionarlos a otros objetivos, como buscar que los hogares tengan panales solares y fomentar las energías limpias.

Regresivo

La organización México Evalúa ha comentado que los subsidios que se otorgan a la CFE si bien no son tan cuantiosos como los que se otorgan a la gasolina, tienen el problema de que no se saben los criterios bajo los cuales se otorgan, por lo que suelen ser regresivos, es decir, benefician más a quienes más tienen.

Comentan que se deberían tener reglas para que los subsidios a la electricidad lleguen más a los hogares de menor ingreso, o al menos a municipios o zonas con mayor rezago y marginación, y no tanto a zonas urbanas donde estamos relativamente mejor.

Con información de Excélsior.