La nave Artemis I ha sufrido un nuevo contratiempo que ha obligado a posponer por segunda vez su lanzamiento previsto para este sábado. En este caso, se ha tratado de una fuga en los aparatos para cargar de combustible al cohete, según ha anunciado la NASA. El lanzamiento ya había sido suspendido el lunes pasado por un fallo detectado en un motor. Mark Burger, responsable del tiempo de la Fuerza Espacial, había anunciado que había un 60% de posibilidades de cancelar el vuelo por las condiciones atmosféricas, pero finalmente ha sido una nueva avería la causante de la cancelación.

Liderado por la agencia espacial estadounidense y apoyado por socios internacionales como las agencias europea o japonesa, el programa Artemis tiene como fin el establecimiento de una estación orbital y una base lunar permanente para explorar la explotación de recursos del satélite y preparar el futuro envío de humanos a Marte en la década de 2030. A ello se han sumado aspectos simbólicos, como la llegada de la primera mujer o la primera persona no blanca a la superficie lunar.

La misión de Artemis I, bautizada en honor a la diosa griega gemela de Apolo, ha producido reminiscencias de la época en que la exploración del espacio excitó la imaginación de cientos de millones de personas en todo el planeta. Mayor que los descomunales Saturn V que lanzaron las misiones Apollo, el lanzador SLS y la nave Orion alcanzan los 98 metros de altura, cinco más que la Estatua de la Libertad y algo que no se veía desde la década de 1960.

Los retrasos en el lanzamiento son una tradición ya desde que se empezó a intentar viajar al espacio. A veces, por motivos técnicos, como esta vez. Algunas naves, como el ya retirado transbordador espacial, utilizaban tres computadores para controlar el estado de los sistemas de a bordo. En caso de detectarse un fallo, las tres máquinas realizaban una estimación conjunta para decidir si se cancelaba o no el lanzamiento, a menos que se tratase de un fallo realmente catastrófico.

La segunda causa de cancelación más usual son las condiciones meteorológicas. No solo ha de hacer buen tiempo en tierra; tampoco se acepta la proximidad de tormentas eléctricas (el Apolo 12 fue alcanzado por un rayo durante el despegue) ni vientos fuertes en altura, no porque amenacen con desviar la trayectoria, sino porque pueden inducir esfuerzos peligrosos en el cuerpo del cohete. Este sábado, las condiciones del tiempo también hacían dudar de la posibilidad del lanzamiento. El próximo intento de reiniciar la conquista de la Luna se producirá el lunes a las 17.20 de Florida, cuando en España peninsular sean las 23.30.

FUENTE: EL PAÍS