Las tres ediciones del torneo en Vallarta, Jalisco representa una inversión de más de 60 millones de dólares para Grupo Salinas, con un pronóstico de retorno económico, mediático y de posicionamiento del golf en México. “De mayor impacto que en el field de Chapultepec de la Ciudad de México”, afirma Benjamín Salinas, VP del Consejo de Administración de Grupo Salinas.

De Chapultepec a Vallarta la distancia no sólo se mide en kilómetros, sino en el potencial de las alianzas, impacto comercial, mundial y de derrama económica. Lo anterior resume algunos impactos, pero al analizar cada uno, seguro quedan muchos por mencionar.

México-Championship cerró su ciclo en el club de Golf Chapultepec con cuatro ediciones (del 2017 al 2020) tuvo sus momentos mágicos como la participación del golfista Tiger Woods en el 2019. Sin embargo, el nuevo concepto México Open at Vidanta inicia con su propio brillo, al congregar una cifra récord de 10 mexicanos en una competencia de PGA Tour y seis golfistas Top 50 del ranking mundial, entre ellos, Jon Rahm, hoy número 3 del mundo, Abraham Ancer (18)  y Tony Finau (25).

Grupo Salinas lideró el cambio de sede, la negociación con PGA Tour y la inversión que está confirmada en el destino por tres años. No hay vuelta atrás y se descarta la sede itinerante. Benjamín Salinas, Vicepresidente del Consejo de Administración de Grupo Salinas en entrevista con El Economista cuenta desde los primeros pasos de la mudanza hasta el plan de inversión que planea la empresa con el golf a largo plazo.

“Vamos a meter más de 60 millones de dólares. Estamos viendo esta iniciativa (México Open) en conjunto con otras organizaciones como Mayakoba. Nos vamos a juntar y lo que ganemos de estos eventos, lo vamos a reinvertir para hacer nuevos torneos. Queremos traer un torneo de la LPGA para mujeres, torneos de juveniles. Eso está en nuestro pie de inversión para los siguientes tres años y lo vamos a lograr con la ayuda del PGA Tour”.

Los planes no terminan ahí, la inversión mira hacia el desarrollo de golfistas en México con la construcción de un Centro de Alto Rendimiento, pero “antes, quisiéramos tener torneos juveniles para que haya una disciplina y calendario en el año. Las oportunidades serán abiertas y democráticas, hoy no es así, falta un recorrido pero lo tenemos mapeado”.

La negociación

En el 2020 mientras los eventos deportivos en el mundo cerraban por la pandemia, en México, Benjamín Salinas se comunicaba con el presidente del PGA Tour, Jay Monahan para salvar la edición 2021. “En plática amable y recordando por qué estamos haciendo estos esfuerzos, llegamos a la conclusión de que todos deberíamos poner de nuestra parte para rehacer el contrato, extenderlo, y así nació México Open”.

Las charlas duraron meses, los desacuerdos entre los casi 600 socios del campo Chapultepec frenaban la decisión, sometían el proceso a una votación sin opción a una Asamblea extraordinaria. La relación con Vidanta apareció en el camino y se acordó la mudanza. Ahora, el torneo puede vender el naming y detonar todos los activos que genera. Al momento de firmar el nuevo acuerdo con el PGA Tour, Salinas señaló: “ya que estamos en este problema y vamos a hacer un nuevo contrato, me gustaría tener más mexicanos jugando, pon todas las reglas que necesites para que  pasen los requisitos mínimos. Lo logramos, nos cambiamos de categoría, somos Mexico Open, donde estarán 10 mexicanos y podemos extender el contrato”. 

De acuerdo a datos de TV Azteca y de la Secretaría de Turismo (Sectur), la edición del México-Championship en el 2017 dejó una derrama económica de 400 millones de pesos, mientras que, en su edición 2019, la cantidad subió un 4.6% más que el impacto registrado un año anterior, es decir, 1,969 millones. De esta cifra, Sectur señala que la derrama indirecta rondó los 365 millones y comprende la transmisión televisiva, derrama publicitaria y la cobertura mediática, al tiempo que, el consumo per cápita de los asistentes se estimó en 8,000 pesos.      

“Yo les dije (a los socios de Chapultepec) en lo que ustedes votan los términos de contrato, nos iremos a buscar un campo de golf, hoy ya encontramos nuestro socio Vidanta y este campo es infinitamente mejor por 100,000 razones y aunque estamos agradecidos de haber jugado cuatro años en el club Chapultepec, también es refrescante venir a este tipo de campos (Vidanta Vallarta) donde los dueños están comprometidos con nuestra misma pasión de crecer el deporte y lo demuestran financieramente”.

La inversión al toreo

Grupo Salinas lleva alrededor de seis años invirtiendo en el golf. Desde el 2017, junto al primer año del World Golf Championship (contrato con vigencia hasta el 2024), lanzaron el First Tee México, un programa que busca fomentar la práctica del golf entre niños y jóvenes, certificar entrenadores y crear alianzas con empresarios locales.  

La inversión por la organización del México-Championship representaba una inyección económica anual un poco más alta, que los 21 millones de dólares que se destinarán en la sede de Vallarta.

En Chapultepec se invertirán unos 25 millones; en la primera edición, el balance fue deficitario con 700,000 dólares (estimado), en la segunda fecha, las pérdidas rebasaron los 400,000 dólares. 

En ese tiempo, Benjamín Salinas mencionaba que el 2019 y 2020 serían los años de recuperación y generación de ganancias. 

¿Se consiguió?

“Cuando llegó la pandemia tuvimos un problema por el año que nos brincamos. PGA Tour querían que  pagáramos una pena y esa era casi la totalidad de la bolsa, como 14 millones de dólares, lo cual acabamos negociando un pago extendido a lo largo de cuatro años. Un año de la pandemia y tres del México Open. Hoy estamos arrastrando un poco el costo de habernos brindado un año, nos estamos llevando como 3 millones y estamos tratando de recuperar incluso eso”. 

FUENTE: EL ECONOMISTA