El transporte aéreo internacional está sometido a diferentes controles y sistemas de supervisión por parte de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Así se asegura la seguridad, regularidad y eficiencia de las operaciones, la calidad del servicio y el cumplimiento de los métodos y normas internacionales.

En este contexto se enmarcan las auditorías que la OACI realiza a sus Estados miembro.

Pero, además, algunos países realizan auditorías equivalentes sobre otros países. Por ejemplo, Estados Unidos: a través del Programa de Evaluación de la Seguridad Operacional de la Aviación Internacional (IASA), la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA) determina:

  1. El nivel y la capacidad de las autoridades aeronáuticas del país auditado para supervisar a compañías aéreas que operan o desean operar hacia y desde los Estados Unidos.
  2. Si cumple con los estándares de seguridad establecidos por la OACI.

AUDITORÍA A LA AERONÁUTICA MEXICANA

México es el país que cuenta con la operación aérea internacional más numerosa hacia y desde Estados Unidos (más de 30 destinos con vuelo directo). En el año 2020, cuando fue auditado por la agencia norteamericana, no demostró la conformidad con los estándares de la OACI. En mayo de 2021, se repitió la auditoría y la FAA determinó un nivel de cumplimiento de Categoría 2, lo que se traduce prácticamente como no conformidad.

IMPACTO EN EL MERCADO MEXICANO

Esta calificación tiene serias implicaciones operacionales y económicas para México en un momento en el que la industria del transporte aéreo está intentando recuperar los niveles de tráfico prepandemia.

Aunque con este resultado las compañías aéreas mexicanas pueden seguir operando hacia y desde Estados Unidos, la Categoría 2 tiene consecuencias operativas pues implica restricciones para:

  • El incremento o modificación de itinerarios hacia y desde Estados Unidos.
  • La comercialización y venta de códigos compartidos de aerolíneas estadounidenses con sus socias mexicanas.
  • El alquiler de aeronaves con matrícula estadounidense, que ofrecen ventajas a las líneas mexicanas para operar en cielo estadounidense.

Estas restricciones provocan importantes pérdidas de ingresos a las aerolíneas nacionales de modo que impactan directamente en el crecimiento del PIB de México (3.5 por ciento en 2019). Por contra, las compañías aéreas estadounidenses, como competidores directos en las rutas entre los EU y México, pueden utilizar dichas restricciones como ventaja competitiva.

Además, existen impactos indirectos en otros sectores, entre los que destaca el turismo, pues el transporte aéreo es parte de su cadena de suministro.

Si al cierre de 2019 la participación de la industria del turismo en el PIB mexicano fue de 8.5 por ciento, a finales de 2020, por los efectos de la pandemia, cayó hasta el 6.7  por ciento.

IMPACTO A MEDIANO PLAZO

Acaba de empezar a operar el nuevo aeropuerto de Ciudad de México, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Sin embargo, debido a la reclasificación de México a la categoría 2 por parte de la FAA, no habrá vuelos directos en AIFA hacia y desde EU.

Este cambio de categoría aeronáutica no es nuevo para México: también en 2010 la FAA lo degradó a Categoría 2. En esa ocasión, a la autoridad aeronáutica y a la industria mexicana del transporte aéreo les tomó poco tiempo recuperar la calificación 1.

PODER PARA AUDITAR

Con el caso de México, queda en evidencia la estricta vigilancia que ejerce la FAA sobre los estándares en aeronáutica de los países que realizan operaciones aéreas desde y hacia los Estados Unidos. Dicha supervisión no significa la imposición de multas o sanciones de manera explícita. No obstante, el efecto de las restricciones sí tiene un impacto significativo en la economía, operación, turismo e incluso la conectividad aérea del país afectado.

Este es un ejemplo de la influencia regulatoria que puede ejercer la autoridad aeronáutica de un país con hegemonía económica sobre otro, y de cómo sus decisiones afectan la competencia entre empresas del país que ejerce de regulador y el país regulado. Y esto puede afectar no solo a países del mercado latinoamericano sino de todo el mundo.

Con información de El Economista.