La nueva administración federal que llegue a Palacio Nacional en 2024, tendrá que realizar una seria y profunda reforma fiscal a Petróleos Mexicanos para que pueda salir a flote, señaló Fluvio Ruiz, exconsejero de la paraestatal y experto en petroquímica.

Aseguró que la única solución de fondo es lograr la modificación a la ley que se ha pospuesto por medio siglo, “ya se agotó el modelo exportador de los años 70 y eso ha llevado a que México recaude de impuestos sólo 16, 17% del PIB y lo demás se recargue en los recursos que genera PEMEX”.

Ruiz puntualizó que la deuda de la empresa (cercana a los 1.8 billones de pesos) no es gratuita, es el resultado de una mala operación y la sobreexplotación de la riqueza petrolera mexicana.

Aseveró que la empresa de hidrocarburos debe tener autonomía presupuestal y de gestión, y mientras eso no ocurra tendrán la tentación de que sea la principal fuente de financiamiento gubernamental.

“PEMEX terminó siendo lo contrario para lo que fue concebida durante la expropiación petrolera, para el abasto de crudo y refinados en el país (…) y se volvió la principal fuente de ingresos fiscales, eso determinó las inversiones federales por muchos años”, explicó.

En el marco del 86 Aniversario de la Expropiación Petrolera el 21 de marzo de 1938 por el general Lázaro Cárdenas, una fecha simbólica para PEMEX, Fluvio Ruiz insistió que puede ser un negocio sumamente rentable antes de pagar los impuestos a los que sigue siendo sometida.

Recordó que la empresa era sometida a tributo fiscal diario, semanal, mensual, “algo que no tiene parangón en el mundo”.

Destacó que esto sucedió porque hubo años donde había mucha abundancia petrolera y no existía la necesidad de pagar las deudas que hoy tenemos.

El analista hizo énfasis que en algún momento tuvimos un superávit primario por 457 mil millones de pesos petroleros y entonces se abusaba.

Señaló que de 2001 a la fecha, Petróleos Mexicanos entregó de ingresos a la Federación 11.3 billones de pesos, 6.3 veces más la deuda que hoy se tiene.

Enfatizó que por eso estamos en emergencia y el gobierno debe asumir gran parte de la deuda y replantear todo el esquema de la firma productiva del Estado.

“Esta medida de emergencia, es nada más para que no se muera la empresa productiva, puede sobrevivir, puede seguir siendo una empresa pública, pero urgentemente va a necesitar que el gobierno que llegue realice ya una reforma fiscal”, aconsejó.

Se debe caminar hacia las formas, dijo, en las que otras empresas públicas muy exitosas funcionan como Petrobras que tuvo su bache por la corrupción, pero ya está de nuevo caminando muy bien.

Al respecto, Ramses Pech, analista del sector energético coincidió en que Petróleos Mexicanos puede ser una empresa que tenga su propia vida, pero necesita decidir cómo invertir su flujo de efectivo.

“Esto sólo podrá lograrlo si es sacada de la ley de ingresos a donde es obligada a ser recaudadora para el gasto del país”, comentó.

Llamó también a la implementación de una nueva reforma fiscal en donde México no dependa de los hidrocarburos que vendemos.

Pech destacó que el objetivo es poder invertir en pagar lo que debe si la nación no puede ayudar.

Consultado sobre el futuro de la firma paraestatal, el ingeniero refirió que las autoridades deben replantearse para qué quieren a PEMEX, “debe ser para garantizar el abasto a combustibles como gasolinas y diésel donde hay una gran cantidad de ingresos”.

En el caso de las pérdidas por la parte de poca refinación nacional, esto está siendo compensado por la venta de crudo de exportación y las ventas de derivados.

“Más que sobrevivir, la pregunta debe ser cuánto tiempo más se puede sostener el sector hidrocarburos como lo están operando hoy”, expuso.

En el caso de la refinación de crudo, debemos de reconfigurar las refinerías para poder producir más combustibles ya que son utilizadas al 50% y es lo que nos tiene en pérdidas y necesitamos llegar a refinar hasta el 80% de lo que consumimos.

Ramses Pech agregó que por el momento ni con Dos Bocas ni la refinería de Deer Park se alcanza a cubrir la demanda y además de que no se produce lo suficiente, no se explora más, no hay inversión para mantener los pozos operando, porque no hay además la tecnología que se requiere para poder concretar la alta demanda.

Insistió en buscar una reforma fiscal que impulse la reconfiguración de las refinerías y la tecnología para eficientar la empresa.

“PEMEX es una firma que no tiene vida propia y requiere ser modernizada ante los cambios que vienen donde se debe disminuir la contaminación… necesitamos iniciar ya una descarbonización”, puntualizó.

Con información de 24 Horas.