Dado que los sueldos son parte del costo que enfrentan las empresas, un incremento desmedido al salario mínimo puede tener repercusiones negativas tanto para crecer el desempleo como en los niveles de inflación, alertaron analistas. 

Se trata de una medida (el estar subiendo el mínimo) que debe utilizarse con cautela, porque puede tener repercusiones negativas, y un incremento desmedido puede ocasionar recortes de plazas, advirtió Nataly Hernández, investigadora del Instituto Mexicano Para la Competitividad (IMCO). 

“No hay que perder de vista que esta estrategia no es la ideal para combatir el problema de la pobreza en el país, ni tampoco va a resolver todos los problemas que existen en el mercado laboral, de hecho, la medida de aquí en adelante debe de usarse con mucha cautela”, agregó. 

Acusó que el mayor daño puede ser para las pequeñas y medianas empresas que tienen una menor capacidad económica para afrontar el alza del costo laboral e incluso en lo venidero pueden registrarse incrementos en varios productos y complicar el panorama económico en el país. 

Reconoció que sí hay evidencia también de que el alza del salario mínimo en los últimos años ayudó a contrarrestar la pobreza multidimensional, ya que este indicador redujo la pobreza en 5.1 millones de personas

Al respecto Rogelio Hernández Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, destacó que se trata de un avance en la recuperación de los bolsillos de los trabajadores, pero aún faltan mil 500 pesos al mes o 50 pesos diarios para poder superar el umbral de pobreza salarial. 

Agregó que dos canastas básicas equivalen a cerca de 9 mil pesos mensuales, mientras el salario mínimo general se ubicará apenas en 7 mil 500 pesos al mes. Hermosillo criticó que se dé un aumento mayor en la frontera del país, mientras el otro 90% de los trabajadores se les sube menos. 

“No hay justificación para seguir ampliando la distancia. Es, al contrario, esta brecha debe cerrarse”, dijo. 

En tanto el Centro de Estudio Económicos del Sector Privado (CEESP), coincidió en que esta alza de 20% que entrará en vigor el 1 de enero de 2024 será un golpe severo para las micro, pequeñas y medianas empresas, ya que no podrán enfrentar el golpe. 

Explicó que estas empresas significan el 67.9% del empleo y contribuyen con 45.3% del valor agregado de la economía o del PIB y “están presentes en muchos sectores, principalmente en el comercial por menor”. 

“La discrepancia entre el alto porcentaje del empleo que ocupan y la relativamente baja proporción del producto que generan hablan del deficiente de productividad laboral con que trabajan respecto de las empresas grandes -que ocupan 32.1% del empleo y generan el 54.7% del producto-”, detalló. 

Acusó que esta alza representará presiones inflacionarias ya que sucede en un contexto bien distinto al de años anteriores. Un cálculo del CEESP -muy aproximado, hay que admitir- indica que de 2018 a 2023 los costos de la mano de obra aumentaron en alrededor de 50% en términos reales. 

Además, el salario mínimo, cuyo impacto es probable que recaiga principalmente sobre las mipymes, se incrementó en 46% o 27% real de 2021 hasta ahora. El salario mínimo general aumentó 20% al pasar de 207.44 a 24 es probable que recaiga principalmente sobre las mipymes, se incrementó en 8.93 pesos diarios; mientras que en la zona libre de la frontera pasó de 312.41 a 374.89 pesos diarios, anunció la Comisión Nacional de Salarios Mínimos el viernes pasado.

Con información de 24 Horas.