Mantener el ritmo de producción de vivienda que se tiene, hará que tome hasta 44 años para que el sector satisfaga la demanda que tiene la industria, señaló Alberto Moreno, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI).

“La cadena debe de ser el mando que rija el cómo nos debemos direccionar; una vez que esto esté planteado, es como debemos ir cambiando. Debemos ser disruptivos y ver que las medidas son distintas en todas las regiones y dejar de ser un sector reactivo a uno que planee”, explicó.

“Estamos pugnando a que todos los actores nos pongamos de acuerdo y de esta manera venga el impulso de la vivienda, a través de un ordenamiento integral”, expuso durante el Panel de Vivienda, en el Séptimo Foro Universitario de Vivienda, organizado por Grupo En Concreto.

De acuerdo con Francisco Solares, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), de 2015 a 2021 la inversión para el financiamiento de vivienda aumento 46 por ciento; sin embargo, la colocación de acciones de vivienda disminuyó 25 por ciento.

“Se requerirán hacia adelante más de 532 mil lugares nuevos; en 2021 se construyeron 297 mil unidades de vivienda nueva. No nos alcanzaría ni siquiera para cubrir a las viviendas que requieren los nuevos matrimonios. Tenemos un déficit importante y estamos suponiendo que se puede satisfacer con la autoproducción que está impulsando la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) y otras autoridades de vivienda”, aseguró por su parte.

Solares refirió que esta disminución se vio principalmente en las viviendas de menor costo, para satisfacer las necesidades de la población con menores recursos.

A las problemáticas de producción y colocación, el representante de la industria de la construcción indicó que se suma la inflación, que en el caso del sector se ubica en un 14 por ciento, en términos anualizados.

“Necesitamos impulsar el desarrollo basado en infraestructura; hay muchas ciudades que tienen problemas de servicios, el desarrollo inmobiliario en Monterrey ha sido importante, pero tiene problemas de agua, como la Ciudad de México. No hay terreno para poder dar respuesta a esa vivienda a los niveles que quisiéramos”, destacó. 

A esto, precisó que debe sumarse la simplificación administrativa, con el fin de hacer más ágiles diversos procesos de tramitología, lo que debe suponer además la actualización de mecanismos financieros y la búsqueda de nuevos productos, indicó.

Sara Topelsson, directora del Centro de Investigación y Documentación de la Casa, y catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que en México se debería construir por lo menos un millón de viviendas anualmente, toda vez que exista un rezago de construcción importante.

“Tenemos que conseguir más recursos para la vivienda; si es el núcleo donde se forma el individuo y la conectividad, hay que hacerlo porque es una forma de minimizar el otro reto, que es el costo de la vivienda, y lo que puede pagar la familia”, dijo.

Aseguró que en el contexto, la vivienda para la población económicamente vulnerable prácticamente se ha acabado y que debe existir disponibilidad de estos espacios con unidades cercanas a zonas de trabajo o de las propias poblaciones, dónde también existe una barrera, aseguró.

Durante su intervención, Francesco Piazzesi, presidente de CONVIVES, expuso que es necesario que exista un instrumento que permita dar créditos a los no afiliados, con una estructura que permita que existan subsidios, créditos y tierra accesible.

“Mientras no exista una política asertiva de vivienda, los valles y montes se llenarán de autoconstrucción”, concluyó.

Con información de Grupo en Concreto.