Más allá del chocante slogan de Tlaxcala sí existe, Tlaxcala es un destino de experiencias por vivir, con dos Pueblos Mágicos (Huamantla, donde el 14 de agosto se buscará romper el Récord Guinness del tapete de aserrín más largo del mundo, y Tlaxco), artesanías y una vasta gastronomía para compartir, por ejemplo

Por estos días, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la zona arqueológica de Cacaxtla-Xochitécatl realizan el ciclo de conferencias Jóvenes investigadoras e investigadores del Valle Tlaxcala-Puebla, en el cual se “abordarán temas antropológicos, sociales, ambientales, educativos, arqueológicos y turísticos, entre otros”.

No hay coincidencia, hay cultura, tradición, naturaleza y un creciente trabajo de promoción, sobre todo privado, para convertirse en un sitio preferido de los habitantes de la Ciudad de México, en la que hay, por lo menos, 12 millones de personas con capacidad de viajar por carretera menos de tres de horas y pasear por Tlaxcala. Y descubrir y disfrutar.

En la labor cotidiana e incansable de difundir los atractivos de Tlaxcala hay un pequeño ejército que desde hace años se ha convertido en gustoso embajador de la entidad. Una de sus disciplinadas integrantes es Consuelo Rodríguez Díaz, con su Operadora Paseos de San Francisco.

Experiencia y conocimiento son algunas de sus tantas fortalezas. A la menor provocación gusta de compartir dos atractivos: la visita al santuario de luciérnagas (que este mes concluye y aún hay tiempo para vivirla y contarla) y los recorridos de recolección de duraznos (se sabe que dicha fruta de plantíos locales, puntualmente del municipio de Atltzayanca, es deseada para formar parte de los rellenos en los chiles en nogada).

“Ver las luciérnagas es una gran experiencia que todos debemos experimentar alguna vez, no tengo duda. Es un recorrido que llena el corazón. Me ha tocado ver gente que baja del santuario llorando de gusto, de alegría, de satisfacción, de ver lo grande y maravillosa que es la naturaleza. Es un momento íntimo”, comparte Consuelo.

Cumpliendo protocolos sanitarios, este año ha sido de mayor alegría porque se amplió el aforo de visitantes en los santuarios de avistamientos al 70% (hace un año, en la deseada reapertura fue del 30%).

A la propietaria de la operadora turística también le motiva ayudar a su comunidad y que el beneficio se expanda, por eso quienes van en búsqueda de la sagrada luciérnaga concluyen su recorrido visitando una familia local en donde se puede tomar una cena caliente que normalmente incluye: tamales, tlacoyos de alberjón, quesadillas o atole.

El recuerdo de los aromas siempre será un gran regalo para el alma.

Si por estos días de cierta calma decide buscar un contacto con la naturaleza ponga en su lista Tlaxcala y ¡Es turismo! le asegura que después cantará: “Te vas a acordar de mí, sé muy bien que me extrañarás…”, con el mismo ímpetu que lo hacen los chicos del gran grupo Tex-Tex, del municipio de Ixtenco.

FUENTE: EL MEXICANO