Este mes el paquete contra la inflación y la carestía (PACIC) anunciado con bombo y platillo por el presidente Andrés Manuel López Obrador cumple un año y el resultado es adverso para el bolsillo de los mexicanos.

De acuerdo con información del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), en la primera quincena de mayo, el índice de precios de la canasta básica estaba en 14.4%, cifra inferior al 15.1% del mes anterior; cuando la inflación general es cercana al 6%, en parte, gracias a la alta base comparativa.

“La única medida efectiva que tiene el gobierno ante una inflación de este tamaño es a través de políticas monetarias que define el Banco de México. Lo que puede hacer el gobierno federal es labores de supervisión, para que los vendedores no estuvieran abusando de los precios; cosa que no ha pasado”, lamentó Fernando Cruz, socio de GCMA.

“Son buenas intenciones, pero con pocos resultados”, agregó.

En lo que va del año, productos como el huevo han subido de precio 24%; el aceite vegetal comestible un 12.46%; el azúcar un 10.67%; el limón casi 50%; y la papa ha subido de precio 30%, detalla información del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Sobre el paquete de 24 productos a un precio de 1,080 pesos anunciado por el presidente de la República, Valeria Moy, directora del IMCO, reconoció que los supermercados cumplieron ante la gran cantidad de productos que ofertan estas cadenas, “se pude bajar el precio de esos 24 (productos), porque hay miles de opciones para compensar la pérdida que se puede tener en ese conjunto”, explicó.

La medida que sí contribuyó a que no hubiera una mayor inflación en el país fue la de subsidiar las gasolinas y el diésel, apuntó Moy.

El impacto de esta medida es limitado, pues hay quienes surten la despensa en las tienditas de la esquina, en mercados, mercados sobre ruedas (tianguis). “Es un tema insuficiente a nivel global para contener la inflación”, complementó el directivo del GCMA.

Es importante recordar que el tema de producción de alimentos obedece a temas estacionales; la agricultura es cíclica y depende de variables como el costo de producción. Al final, los autoservicios determinan los precios. “Existe una asimetría entre lo que el retail compra y lo que quiere, que es mantener o incrementar su ganancia”, detalló.

¿Qué faltó?

Además de la apertura comercial, el gobierno federal tuvo que haber puesto un mayor esfuerzo en temas de supervisión de precios para evitar abusos al consumidor final.

Además, tomando en cuenta que la inflación tiene un mayor impacto en la gente de menores ingresos, a este sector de la población se le hubieran hecho transferencias, tal como se hacía con el programa Oportunidades.

El PACIC/APECIC

El paquete contra la inflación y la carestía tenía medidas de apertura comercial como eliminación de aranceles a alimentos y fertilizantes (sulfato de amonio), para que hubiera un mayor abasto, mayor competencia y, con ello, una disminución de precios, explicó Fernando Cruz.

Sin embargo, añadió, el precio de alimentos y granos se elevó en todo el mundo, entonces, “no importaba de donde lo trajeras, iba a estar caro”.

Sobre los fertilizantes, la medida llegó después de que los agricultores ya habían sembrado, cuyos costos de producción aumentaron alrededor de un 130%.

El director del IMCO dijo en un reporte que esta medida terminó costando 128,000 millones de pesos en pérdidas recaudatorias, incluida la recaudación derivada de los mayores precios de la mezcla mexicana de exportación.

En octubre del año pasado, se lanzó el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (APECIC), en el que se eximía de trámites o permisos -incluidos los de SENASICA y COFEPRIS (Inocuidad, sanidad y calidad y registros sanitarios).

Aquí se llegó a un acuerdo con algunas cadenas de tiendas de autoservicio para ofrecer 14 productos de la canasta básica en 1,080 pesos, o menos.

Con información de Revista Expansión.