• El objetivo primordial es concientizar sobre la prevención, y, en su caso, la corrección de la vulneración de sistemas de particulares.
  • Faltan ajustes en el Sistema Judicial para separar y dar mejor atención a las denuncias contra ciberataques.
  • México ocupa el primer lugar de ciberdelitos, y, a nivel nacional, Baja California ocupa el tercer lugar.

Tijuana, B.C.- La Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI Noroeste) fue la que impulsó a nivel nacional la creación del Consejo Nacional de Ciberseguridad, y, por consiguiente, en Baja California es la CANIETI Noroeste quien encabeza este órgano colegiado, confirmó el presidente José Luis Villasana Beltrán.

El objetivo primordial, indicó, es concientizar sobre la prevención, y, en su caso, la corrección de la vulneración de sistemas de particulares, que es lo más conveniente ante la falta de ajustes en el Sistema Judicial para separar y dar mejor atención a las denuncias contra ciberataques.

“Para empezar, presentar una denuncia implica perder el día laboral o de productividad, luego, la mesa donde se presenta la querella es la misma donde se atienden muchos temas: robos, asaltos, y otros delitos, y, luego están los criterios de los agentes del Ministerio Público sobre la seriedad del caso; por lo que es mejor que, técnicamente le ayudemos a corregir el sistema vulnerado, rescatar datos, y mejorar los programas de la empresa o particular”, explicó.

La creación de la Comisión Nacional Permanente de Ciberseguridad y sus consejos, obedece a la muy elevada incidencia de ciberdelitos, de los que México ocupa el deshonroso primer lugar, y, a nivel nacional, Baja California ocupa el tercer lugar, y que, se advierte cómo el impacto económico por ciberataques es superior al del narcotráfico.

Los ciberdelitos más comunes son: el robo de identidad, 10%; el fraude de servicio, 10%; la extorsión, 10%; y el fraude bancario, 70%; inicialmente los robos de identidad o “hackeos” de cuentas de redes sociales, así como el ciberacoso, predominaban en el panorama de ciberdelitos, pero, al final, el fraude bancario es el que más les interesa a los ciberdelincuentes.

El cibercrimen obtuvo ingresos en 2021 por 6 trillones de dólares y se espera que para 2025, las ganancias obtenidas por este delito lleguen a los 15 trillones de dólares; y, en México, que lidera en la región intentos de ciberataques, en el cierre del último trimestre 2022, se reportaron más de 60 mil millones de intentos de ciberataques en el país.

También los datos registran que la Ciudad de México, con 22%, Jalisco, 18%, Baja California% y por último Nuevo León, con 12%. En total suman 85 mil millones de intentos de ciberataques.

Los ciberataques serán de las principales amenazas que enfrentará el mundo durante este año 2023, de acuerdo con un informe del Foro Económico Mundial; dentro de la lista de los 10 riesgos globales, al corto y al largo plazo, la ciberdelincuencia e inseguridad cibernética ocupan el octavo lugar; y se prevé que haya más ciberataques contra los sistemas financieros, la seguridad pública, el transporte, la energía y las infraestructuras de comunicación.

Otros tipos de actividades delictivas, con el uso de tecnologías, son: el randsomware, que es el “secuestro de datos”, y, consiste en un tipo de programa dañino que restringe el acceso a determinadas partes o archivos del sistema operativo infectado, y pide un “rescate” a cambio de quitar esa restricción.

El pshishing, la forma más popular de ciberdelincuencia, pues, los ciberdelincuentes han tenido mucho éxito al usar correos electrónicos, mensajes de texto y mensajes directos en las redes sociales, entre ellos, el WhatsApp, o en videojuegos, para que las personas respondan con su información personal, haciéndose pasar por una persona conocida, o por una empresa o servicio de confianza, de tal manera que, puedan manipular a la víctima para que realice acciones u operaciones que no debería realizar, entre ellas, proporcionando datos bancarios.

CANIETI desarrollará, en conjunto con universidades de la región, como la UDCI, el ITT, la UTT, y otras, actividades técnicas para sus estudiantes, en estrategias de seguridad cibernética, así como la formación de los futuros CISO (Chief Information Security Officer- Jefes de Oficina de Seguridad de Información).

Además de desarrollar rutas de actualización tecnológica en la industria, que permita a los gerentes de sistemas y personal a su cargo, tener acceso a información y conocimientos que permitan generar mejores prácticas en el ciberespacio.

Villasana Beltrán reconoce que hay algún interés de los gobiernos de la región y del país, pero, el cibercrimen nos tiene ventaja todavía; “frecuentemente están innovándose”; por eso, agregó, es bueno que ya se formó la Comisión Nacional y los consejos estatales y regionales, así como una nueva normativa en el Código Penal Federal, artículo 211 bis-2, el cual sanciona comportamientos como el cometido por el Grupo Guacamaya (contra la Secretaría de Seguridad Nacional), pero falta todavía mucho por hacer.