Implementar la red 5G tanto a nivel empresarial como personal de forma masiva representa un reto de suma relevancia para los usuarios: la ciberseguridad. Esta tecnología está conectada a un mayor número de dispositivos y, por lo tanto, el riesgo a una diversidad de ataques es más grande.

De acuerdo con datos de la Global Mobile Suppliers (GSA) a mediados de 2022, la quinta generación de redes móviles estaba disponible comercialmente en alrededor de 70 países y se esperaba superar los 1,000 millones de usuarios a lo largo del año, además de que cada persona tendrá cada vez más dispositivos enlazados.

“Tener más productos conectados sí te pone en riesgo”, acepta Erick Armas, CSO de AT&T México. “Pero con 5G no debemos pensar en proteger los elementos de red, sino en las personas que utilizan esos dispositivos y cómo operan en la red”.

Para el especialista, el hecho de tener tantos elementos conectados al mismo tiempo debe cambiar la mentalidad en cómo se protege la información, pues se trata de cubrir el entorno completo e incluso, destaca que esto aplica tanto para las infraestructuras de las compañías, como para los gadgets personales de los trabajadores.

La descentralización de la red representa un problema 

Resalta que con 5G, la ciberseguridad fue un tema central desde su creación, a diferencia de las otras generaciones en las que se adaptó; sin embargo, los expertos en la materia destacan que este estándar tiene sus problemas intrínsecos.

De acuerdo con Kaspersky, las redes previas a 5G tenían menos puntos de contacto de tráfico, lo que facilitaba los controles de seguridad y mantenimiento. Pero los sistemas de 5G cuentan con más puntos de conexión, lo cual dificulta su supervisión y aumenta los accesos para los ciberatacantes.

Por otra parte, el hecho de que esta tecnología permite un mayor volumen de datos, mismos que se transmiten a una mayor velocidad, obliga a las compañías a establecer mejores herramientas de detección de amenazas en tiempo real.

Asimismo, los usuarios también deben ser cuidadosos en los dispositivos que adquiere, afirma la empresa de ciberseguridad, ya que ante una mayor cantidad de gadgets pertenecientes al sector de internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es más probable que muchos de ellos no cuenten con los estándares mínimos de protección.

“Los televisores inteligentes, cerraduras de puertas, refrigeradores, altavoces o incluso dispositivos secundarios, como un termómetro para pecera, puede constituir un punto débil en la red”, resalta en una entrada de blog, donde también se hace hincapié en la falta de normas de seguridad ocasionada por productos pirata.

Dentro de un entorno empresarial, Armas menciona que incluso una cafetera inteligente se puede convertir en una brecha de seguridad si no cuenta con un sistema de ciberseguridad y gestión, pues puede permitir el acceso a otras zonas y que la compañía padezca de algún tipo de espionaje.

Por ello, concluye, las bases de la protección ante los nuevos entornos generados por 5G deben establecerse en las redes y su infraestructura en primer lugar, pero también en cada uno de los procesos que ejecutan los consumidores de la tecnología, además de solicitar que las empresas se hagan responsables de comunicar eficazmente los riesgos de sus gadgets inteligentes.

No obstante, y para protegerse en mayor medida, los usuarios pueden optar por opciones como una red Mesh, la cual se compone de varios nodos de acceso para no depender de un único punto y ser menos vulnerable ante posibles ataques.

Con información de Revista Expansión.