La alta inflación, las irrupciones en las cadenas globales de proveeduría y los autos “chocolate” provocarán que el sector automotriz en México se quede estancado en al menos los siguientes tres años, según la industria.

Aunque en los últimos meses han mejorado las condiciones de disponibilidad de materias primas y de inventarios, prevalece la incertidumbre por las consecuencias de la guerra en Ucrania y una posible recesión en Estados Unidos.

Guillermo Rosales Zárate, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), dijo que, debido a los elevados niveles de inflación y el alza en las tasas de interés, se ha mermado la capacidad de compra y endeudamiento de los consumidores, por lo que anticipa un debilitamiento en la demanda de vehículos nuevos.

“Vamos a tener mayor capacidad de oferta, menor capacidad de demanda y, en síntesis, el pronóstico de un mercado que se mantenga en el estancamiento en los años venideros, cuando menos tres años más”, indicó.

“El principal reto que visualizamos hacia el año venidero toca a que seguirá marcándose en términos de la debilidad de la demanda, expresado como una disminución en la capacidad de compra, en la capacidad de endeudamiento de, cada vez, un mayor número de consumidores como consecuencia de la espiral inflacionaria que estamos viviendo y que se proyecta que continúe con el impacto colateral en el incremento de tasas de interés”, detalló.

José Guillermo Zozaya Délano, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) señaló que, dada la vulnerabilidad de las cadenas de proveeduría por la guerra y la escasez de semiconductores, la exportación de vehículos ligeros alcanzaría sus niveles prepandemia hacia 2024 o 2025.

Para el cierre de 2022, las proyecciones apuntan a un crecimiento de 7 por ciento en los envíos al extranjero, sin embargo, no se lograría recuperar el nivel que se tenía hasta antes de la pandemia.

Francisco González Díaz, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), reconoció que, aunque el sector ya ha superado los niveles prepandémicos, prevalece el riesgo del impacto de la inflación en la cadena de valor y una posible desaceleración en Estados Unidos.

Miguel Elizalde Lizárraga, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), refirió que en este sector la limitante se centra en la falta de sincronía en la cadena de proveeduría para lo que resta de 2022 y los primeros meses de 2023.

En rueda de prensa conjunta, los representantes del sector coincidieron en la necesidad de una transición hacia la movilidad eléctrica, en línea con la tendencia global hacia energías limpias, así como en la importancia de generar condiciones de certidumbre jurídica y seguridad para aprovechar la relocalización de las cadenas globales de valor en México.

El presidente de la INA destacó que, si bien las inversiones buscan la cercanía con el principal mercado, que es Estados Unidos, y la mano de obra calificada, también se debe considerar la seguridad y la infraestructura.

Rosales Zárate insistió en que la implementación y ampliación del decreto para legalizar vehículos usados provenientes de Estados Unidos es un factor adicional que debilita aún más a la industria automotriz mexicana legalmente establecida.

Con información de 24 Horas.